Metepec, Estado de México, 20 de octubre de 2022.-
El Bellaurora era un navío gigante, de borda baja y resuello amplio, que dejaba una estela ancha y reluciente como baba de caracol. Una nave remendada, memoria del salitre en la historia líquida del mar, que encalló en las costas de Galicia. Quiso la fortuna que lo hiciese en plena tormenta y contra la vidriera del Bellaurora, un bar de precipicio, hogar de marineros, algunos vivos.
Allí se contaban historias extraordinarias de hombres que no volvían del mar y otras, aún más extraordinarias, de hombres que sí lo hacían. Muchos de ellos quedaron en el Bellaurora para siempre, acordándose de cuando eran felices desafiando al mar, que finalmente los venció.
Bellaurora era un caballo percherón, de bocado desgastado, como de máscara de tragedia griega. En su sombra se adivinaban días de galopes y relinchos. Hoy solo el paso sosegado hacia la muerte. Bellaurora trabajó en el circo, junto a un payaso tuerto que se llamaba Postín. Una vez actuaron frente a la Piquer.

Bellaurora es el nombre de un cocktail creado en el bar Vinilo: 3 partes de ginebra, 3 partes de zumo de mandarina, 1 parte de almíbar, 1 parte de zumo de limón y 1 parte de Martini seco.
Bellaurora se titula el quinto disco de Egon Soda, grupo formado por Ricky Falkner, Charlie Bautista, Xavier Molero, Pablo Garrido, Ricky Lavado y Ferran Pontón. Es un disco largo, lleno de canciones sacadas del hospicio y que no saben ni de padre ni de madre. Es un disco que no habla de nada en particular porque es un grito de necesidad. Es llenar un hueco que no se llena. Es música que se explica por sí sola.
Escuchen nuestra charla con el único, Ferrán Ponton, para los micrófonos de Mexiquense Radio.
