NIÑO HACE INCREÍBLE HALLAZGO SOBRE INTERACCIÓN ENTRE HORMIGAS Y AVISPAS

Hugo Deans no sabía que su descubrimiento daría un giro a un siglo de conocimientos sobre las interacciones entre plantas e insectos.

insectos Foto:@MarcoLesmes1

Ciudad de México, 13 de septiembre de 2022.-

Un niño de 8 años, llamado Hugo Deans, hijo del profesor de entomología de Penn State, hace dos años observó bajo un tronco en su patio trasero lo que creía que eran semillas alrededor de un nido de hormigas. Sin embargo, su padre, Andrew Deans, supo inmediatamente lo que eran: agallas de roble, o crecimientos de plantas provocados por insectos.

De lo que no se dio cuenta enseguida era que estas en realidad eran agallas de avispa, por lo que se preguntó: ¿qué hacían las agallas alrededor del nido de las hormigas?

Una investigación más profunda reveló que las agallas formaban parte de una intrincada relación entre hormigas, avispas y robles: las avispas utilizan los robles como intermediarios para conseguir la protección de las hormigas para sus crías.

En concreto, el presente trabajo, publicado en American Naturalist, describe la observación hecha por Hugo como tipo de mirmecocoria, la dispersión de semillas por parte de las hormigas, en la que las avispas, los robles y las hormigas forman un intrincado sistema de varios niveles que funciona a favor de las larvas de las avispas.

Un tipo de mirmecocoria mucho más complejo

Según Andrew Deans, que también es director del Museo Entomológico Frost de Penn State, muchas interacciones entre plantas e insectos están desde hace tiempo bien documentadas.

En la mirmecocoria, las hormigas obtienen un poco de nutrición cuando se comen los elaiosomas, y las plantas consiguen que sus semillas se dispersen a un espacio libre de enemigos”, explicó el profesor Deans en un comunicado de prensa. “El fenómeno se documentó por primera vez hace más de 100 años y se enseña habitualmente a los estudiantes de biología como ejemplo de una interacción entre plantas e insectos”, agregó.

Sin embargo, la nueva investigación del equipo reveló un tipo de mirmecocoria mucho más complejo, que combinaba la interacción avispa-agalla de roble con la interacción apéndice-hormiga comestible.

En primer lugar, observamos que, si bien estas agallas contienen normalmente un ‘capuchón’ carnoso de color rosa pálido, las agallas cercanas al nido de hormigas no tenían estos capuchones, lo que sugiere que tal vez fueron comidas por las hormigas”, dijo Deans.

En última instancia, esto nos llevó a descubrir que las avispas de las agallas manipulan los robles para que produzcan agallas, y luego dan un paso más y manipulan a las hormigas para que recuperen las agallas y las lleven a sus nidos, donde las larvas de las avispas pueden estar protegidas de los depredadores de las agallas o recibir otros beneficios. Esta interacción de múltiples capas es alucinante; es tan complejo que cuesta creerlo”, agregó.

Con información de: DW