NACE LOBO MARINO EN EL BIOPARQUE ESTRELLA

Se llama "Luna".

Foto: Bioparque Estrella Facebook

Chapa de Mota, Estado de México, 18 de julio de 2022.

Luna fue el nombre que le dieron a la cría de lobo marino que nació en el Bioparque Estrella, ubicado en Chapa de Mota, Estado de México.

Este es el primer ejemplar de lobo marino que nace en este parque de diversiones, informó Erick Jesús Aguirre Martínez, biólogo y coordinador del área de lobos marinos.

Explicó que la nueva integrante a la familia de lobos marinos recibió el nombre de “Luna” porque nació el 16 de mayo, día del eclipse lunar.

La cría cuenta con buena salud y se le brindan cuidados especiales, como una alimentación con suplementos y bastante grasa para que bebé pueda aumentar su volumen y tener reservas de grasa en su cuerpo para las bajas temperaturas, por lo que se está desarrollando rápidamente, ya que a su corta edad mide un metro de largo.

“Es un animal bastante grande para su pequeña edad, ha crecido muy bien se ha desarrollado bastante bien aquí con nosotros, Lili todo el tiempo la está amamantando”, expresó el biólogo.

Los padres de “Luna” son Lili y Fat, quienes tienen aproximadamente 20 años.

“Luna está en un periodo de lactancia que puede durar hasta tres años, hay ejemplares que antes de los tres años ya empiezan a comer sólidos, en este caso Luna ha empezado a tener un interés muy grande por la comida que le damos a Lili”.

La cría podrá ser vista por el público en aproximadamente un año, ya que necesita adaptarse a su nueva vida y además concluir su etapa con su mamá Lili.

El biólogo puntualizó que la conservación de los lobos marinos son de suma importancia, ellos son bioindicadores ambientales y depredadores que regulan especies de peces que no consumimos.

“Ellos son lo que se conoce como embajadores de su especie, ellos están aquí para cuestiones de educación ambiental, para que la gente los conozca, porque lo que se conoce se cuida”.

Señaló que la calidad de vida de los lobos marinos prácticamente se duplica en cautiverio debido a sus cuidados especialmente su alimentación, por lo que en un centro de conservación pueden llegar a vivir hasta los 35 años.

Milenio