Toluca, Estado de México; 24 de mayo de 2022.-
Amigos de Mexiquense Radio. Los saluda Iván Huerta para contarles mi experiencia en un concierto que me tocó cubrir hace algunos días. Iniciaré platicándoles que el sábado,16 de abril de 2004, vi por primera vez a División Minúscula en un escenario pequeño del Vive Latino, en aquella ocasión disfruté del show sin un tenis ya que en el crowd surfing alguien lo aventó al escenario cayendo a lado de Javier Blake, delantero del cuarteto de Matamoros.
Dieciocho años después y con tres discos de estudio y un álbum en vivo, pude reencontrarme con la División en el Teatro Morelos de la Ciudad de Toluca el pasado jueves 18 de mayo. La banda telonera fueron unos viejos amigos de los hermanos Blake, Hule Spuma, que a finales de los 90’s junto a División fueron los encargados de darle vida a la escena del punk rock en el extinto Distrito Federal y toda la República Mexicana. Por cierto muy al estilo DIY, Hule Spuma estaba vendiendo su mercancía oficial afuera del recinto.
A las diez de la noche, el cuarteto de Matamoros subió al escenario con dos músicos extra (guitarra y teclados), haciendo que los fans se pararan y gritaran de emoción todo el show. Abrieron con “Veneno Antídoto (S.O.S.)” una de las canciones de su segundo álbum “Defecto Perfecto” (2006). De ahí fueron repasando los sencillos y canciones emblemáticas de sus discos “División” (2012) y “Sirenas” (2008), muy impresionante como los fans de División cantaban cada palabra de las canciones.

Uno de mis momentos favoritos fue cuando Javier Blake habló de la relación que existe con su banda abridora Hule Spuma, recordando su amistad desde que iniciaron la escena de Pop Punk / Punk Rock en México haciendo el vínculo CDMX-MTY; en seguida, les dedicaron un pequeño bloque donde tocaron éxitos de su primer álbum “Extrañando Casa” (2001), ahí fue cuando me tocó cantar a todo pulmón “Cursi” y recordar con mucha emotividad mis tiempos de baterista de punk rock en la ciudad de Toluca con la banda LP-16.
El momento de emoción máxima para los fans de División fue cuando interpretaron un combo que nadie veía venir: la balada rock “Sognare” seguida de “Las Luces de la Ciudad”; al terminar este combo breaker la banda bajó del escenario y el público empezó a cantar acapella “Me tomé una pastilla”.

Javier Blake subió solo al escenario con su guitarra electro acústica para iniciar un encore al que después se uniría toda la banda. Después de casi dos horas ininterrumpidas, División Minúscula dejo en claro que es una de las agrupaciones de rock más importantes para más de una generación.
El sonido que transmiten es como una muralla sónica que va entrelazando canciones a través de puentes muy bien ensayados y dejando claro que cada verso, cada coro, cada guitarrazo que han dado desde hace 25 años, lo han hecho desde el corazón, la originalidad y las ganas de acompañarnos en diferentes etapas de nuestra vida.
¡Larga vida a División Minúscula!
