Ciudad de México, 25 de noviembre de 2021.
La actividad física puede mejorar la calidad de vida de los enfermos de Alzheimer, al reducir la inflamación cerebral y aportar mayores beneficios para las personas con una peor patología de la enfermedad.
Así lo revelan los resultados de un estudio publicado en ‘JNeurosci’, la revista de la Sociedad de Neurociencia norteamericana.
De acuerdo con los científicos, los beneficios pueden deberse a una menor activación de las células inmunitarias, ya que con el ejercicio se activan las microglías, que son las células inmunitarias residentes en el cerebro, eliminando los desechos y los invasores extraños del cerebro.
Pero una activación excesiva puede desencadenar la inflamación, dañar las neuronas e interrumpir la señalización cerebral. El ejercicio ayuda a reducir la activación aberrante en animales, pero esa relación no se había establecido en humanos.
La doctora Kaitlin Casaletto y sus colegas de la Universidad de California San Francisco, en Estados Unidos, examinaron la relación entre la actividad física y la activación de la microglía en 167 adultos mayores de todo el espectro del envejecimiento cognitivo (la mayoría sin demencia) como parte del Proyecto Rush de Memoria y Envejecimiento.
Los participantes llevaban monitores de actividad las 24 horas del día durante hasta diez días seguidos antes de los exámenes cognitivos anuales. Midieron la activación de la microglía y la patología de la enfermedad de Alzheimer (EA) en análisis de tejido cerebral postmortem.
Una mayor actividad física se relacionó con una menor activación de la microglía, especialmente en la circunvolución temporal inferior, una de las regiones del cerebro más afectadas por la EA.
La actividad física tuvo un efecto más pronunciado sobre la inflamación en las personas con una patología de EA más grave. Anuncian que en futuras investigaciones se examinará si las intervenciones de actividad física pueden alterar la activación de la microglía en los pacientes con EA.
*Con información de: Agencia iD