RECORDAMOS LA VIDA Y OBRA DE “ROCKDRIGO” A 36 AÑOS DE SU MUERTE

Fue autor de canciones populares en México como "No tengo tiempo" y "Estación del Metro Balderas".

Foto: Redes
Toluca, Estado de México, 21 de septiembre de 2021.-

Hoy recordamos al cantautor Rodrigo Eduardo González Guzmán, mejor conocido como “Rockdrigo“, una de las figuras más importantes del rock urbano y quien falleció en el temblor de la Ciudad de México en 1985, al derrumbarse el edificio que habitaba, ubicado en la colonia Juárez.

Nacido en Tamaulipas en 1950, sus letras se caracterizaron por su crítica social y por recrear la identidad del “chilango-defeño” en la cotidianeidad y lo encumbraron como el Profeta del Nopal.

Migró a la Ciudad de México en donde inició su actividad artística en 1976. A principios de los años 80 inició presentaciones cantando composiciones propias en las que usaba sólo voz y guitarra acústica en estilo folk.

Fue autor de canciones populares en México como “No tengo tiempo” -una de las canciones más representativas del rock urbano en su versión de Heavy Nopal- y “Estación del Metro Balderas”, que se hizo popular en 1985 en la versión de El Tri y que el autor incluyó en su álbum Hurbanistorias.

 

Hurbanistorias

Este material se sacó en formato de cassette, en 1984. De hecho, lo vendía Rockdrigo al terminar sus tocadas, por lo cual se comenzó a distribuir poco a poco hasta que fue alcanzando gran relevancia.

Es una producción totalmente independiente, incluso el diseño de portada es el propio cantautor. Consta de 12 grandes canciones, entre las que se encuentran algunas de las más populares del tampiqueño.

Destacan «Estación del Metro Balderas», canción que después retomó Alex Lora para cambiarle la letra, lo cual, se dice, no le cayó nada bien al Profeta del Nopal.

Lista de canciones:

El campeón
Perro en el periférico
Balada del asalariado
Distante instante
¡Oh, yo no se!
Rock en vivo
Ratas
Estación del metro Balderas
Vieja ciudad de hierro
Canicas
No tengo tiempo (de cambiar mi vida)
Rock del ET

A Rockdrigo se le adjudica la fundación del Colectivo Rupestre, integrado también y entre otros por Rafael Catana y que debe su nombre a un libro de poemas de Alejandro de la Garza, llamado precisamente Poeta Rupestre.

Los rupestres se caracterizaron por poseer “un espíritu independiente, al recrear una sensibilidad urbana contemporánea, veraz, real y saberlo hacer con gran manejo lírico, con canciones que te llevan de sorpresa en sorpresa, de hallazgo en hallazgo”, según definición del propio De La Garza en el reciente libro Rupestre, coordinado por el ensayista Jorge Pantoja.

Rockdrigo supo en su corta vida ser el joven adoptado, mimado y triste del Distrito Federal, un universo que se le hacía ancho, ajeno y propio a la vez, donde fue vendedor de hamburguesas en una famosa cadena estadounidense y donde llegó a tener una crítica elogiosa a cargo nada más ni nada menos que del escritor José Agustín.

Si ya hay en el rock de México quien domine a la perfección la técnica, la cadencia y el ritmo junto con un talento para componer canciones que retraten nuestra realidad a la altura de nuestros grandes compositores como José Alfredo Jiménez o Chava Flores, no puedo más que decir que, de entrada, con Rodrigo González tenemos un rock más complejo, crítico e inteligente… aquí está naciendo el rock”, afirmó el autor de La tumba.

Actualmente, pocos mexicanos identifican a Rockdrigo. Su estatua fue develada el 19 de septiembre de 2011 y es obra del escultor jalisciense Alfredo González Casanova, “Kasanovita”; se encuentra casi pegada a una pared de la estación Balderas.

El autor eternizó al artista con lentes oscuros y su guitarra.

Con información de: fonotecanacional.gob.mx | sinembargo.mx | rockenmexico.com