Toluca, Estado de México, 16 de agosto de 2021.-
Según cálculos publicados por expertos de la Administración Nacional Aeronáutica y el Espacio (NASA) el asteroide Bennu, de 500 metros de diámetro y una de las principales amenazas espaciales conocidas, podría chocar con la Tierra, aunque con una probabilidad “extremadamente baja”.
La misión OSIRIS-REx de la NASA ha conseguido predecir la trayectoria de Bennu durante los próximos siglos. Se pudo “comprender mejor los movimientos del asteroide potencialmente peligroso Bennu hasta el año 2300”, logrando “reducir las incertidumbres relacionadas con su órbita futura y mejorar la capacidad de los científicos para determinar la probabilidad de impacto total y predecir las órbitas de otros asteroides”.
Se ha estimado que el asteroide tendrá un primer acercamiento, específicamente, a partir del 2135, aunque este no representará un peligro latente para el planeta. Sin embargo, el hecho de que este asteroide se encuentre aún muy lejos para ese año, el dato de su punto exacto dentro del universo en ese momento es importante ya que ayudará a que los científicos puedan “comprender la trayectoria exacta de Bennu durante ese encuentro para predecir cómo la gravedad de la Tierra alterará la trayectoria del asteroide alrededor del Sol y afectará el peligro del impacto”.
Tras obtener los datos arrojados por OSIRIS-REx, la NASA, gracias a “la Red de Espacio Profundo de la NASA y modelos informáticos de última generación”, pudo determinar que para el año 2300 la probabilidad de que Bennu impacte con la Tierra es de aproximadamente 1 en 1750, es decir, un 0,057 % de probabilidades.
La roca espacial podría atravesar por un “ojo de cerradura gravitacional” (“gravitational keyhole”, en inglés), es decir, una región del espacio donde la gravedad de un planeta altera la órbita de un asteroide, lo que en este caso llevaría a Bennu en dirección hacia la Tierra.
Debemos tener en cuenta que la probabilidad de impacto, en general, es realmente baja. Ahora solo tenemos dos ojos de cerradura gravitacional de más de un kilómetro que debemos considerar”, explicó durante una conferencia Davide Farnocchia, autor de la investigación.
A pesar de las ínfimas posibilidades de que suceda el impacto, la NASA ha anunciado la misión DART, con la que pretende diseñar una nave de media tonelada que pueda cambiar la trayectoria de los asteroides al impactar contra ellos o contra una de sus “lunas”.
Debemos recordar que el riesgo de Bennu como asteroide individual es menor que los riesgos provenientes de los objetos de tamaño similar no descubiertos. Por eso la NASA está haciendo un gran esfuerzo para descubrir más del 90 % de los objetos cercanos a la Tierra de más de 140 metros de tamaño”, concluyó Farnocchia.
La protección del planeta parece que marcará una nueva etapa en la carrera espacial. Hace unas semanas, China planteó lanzar 23 cohetes para desviar al asteroide Bennu, que ahora se encuentra a más de 320 millones de kilómetros de la Tierra.
Por su parte, EE.UU. lanzó la misión OSIRIS-REx en 2016 para estudiar a Bennu y conocer mejor el funcionamiento de los asteroides.
Con información de: DW | Infobae