ADVIERTE UNAM QUE LAGUNA DE BACALAR ESTÁ EN PELIGRO POR ACTIVIDADES TURÍSTICAS Y DE AGRICULTURA

Foto: @Atomedesavoir

Las siete tonalidades de azul han empezado a desaparecer de manera recurrente.

Ciudad de México, 11 de julio de 2020. – Activistas turísticas y desechos de la agricultura provocan que la Laguna de Bacalar, mejor conocida como laguna de los siete colores, en Quintana Roo, pierda su esplendor, revela en un estudio Luisa Falcón Álvarez, del Instituto de Ecología (IE) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)

Es un tesoro del planeta que no hemos sabido cuidar; el turismo desordenado y la falta de tratamiento de aguas residuales están acabando con el arrecife bacteriano de agua dulce más grande del mundo”, advirtió.

La arena blanca y los diferentes gradientes de profundidad le otorgan siete tonalidades de azul, que han empezado a desaparecer de manera recurrente y se transforman en una coloración verdosa y café, señaló.

La universitaria y su equipo han trabajado una década y media en la zona, que en los últimos años pasó de recibir decenas de visitantes al año a más de 140 mil; este incremento se registró desde la llegada del sargazo al caribe mexicano, que ha ahuyentado a los turistas a otros sitios, como Laguna de Bacalar.

Para dar atención a las visitas “se improvisaron hoteles y aparecieron servicios de la noche a la mañana, inadecuados y sin regulación”, acusó la investigadora.

Foto: @Atomedesavoir

Además de la construcción de inmuebles, los estudios que ha realizado Falcón Álvarez detectaron que descuidos de la gente que vive del turismo ha provocado daños en Bacalar; por ejemplo, “en una Semana Santa hubo tal cantidad de visitas, que las lanchas se estacionaron sobre los microbialitos (que se forman por acción de las bacterias), rompiendo su parte viva”.

En cuanto a las actividades agrícolas, es la falta de tratamiento de aguas residuales la que le está dando en la torre al arrecife bacteriano que se encuentra en Bacalar, el cual –según la universitaria- es el más grande del mundo en aguas dulces.

Por otra parte, la investigadora de la UNAM subrayó que el progreso económico y social no debe estar peleado con la conservación del entorno, pero debe reconocerse que hay sitios valiosos por los servicios ecosistémicos que brindan, como la filtración de agua, producción de oxígeno, biodiversidad y captura de carbono.

Finalmente, indicó que si el medio ambiente se enferma, los humanos estaremos en contacto con millones de virus y bacterias, la mayoría de ellos inofensivos, pero “alguno no lo será tanto y un ejemplo es la pandemia por SARS-CoV-2, que se asocia al tráfico ilegal de especies silvestres. Debemos aprender que no estamos separados de la salud de las comunidades de los ecosistemas, y que la mejor vacuna es la conservación y el desarrollo sostenible”.

Con información de: Forbes y Sopitas