Ciudad de México, 24 de junio de 2020
En la cultura mexicana ya es una tradición comerse un bolillo después de pasar un susto o impacto psicológico.
De acuerdo con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el “espanto” o “susto” surge a consecuencia de factores diversos como fenómenos naturales, sobrenaturales, experiencias personales, etcétera.
También puede llegar a provocar agitación, anorexia, insomnio, fiebre, diarrea, confusión mental y apatía, e inclusive depresión.
Los científicos de la UNAM, señalan que el miedo genera respuestas fisiológicas, corporales y conductuales, por ello, cuando se presenta una situación que desate el susto, el cuerpo de la persona reacciona aumentado el ácido gástrico, y a su vez provocará nauseas.
Es por ello que muchas personas al sentir esta alteración en su organismo, recurren a comer un pan, con el cual calman el dolor de estómago y mitigan los mareos.
Los expertos señalan que el bolillo no tiene propiedades especiales para calmar la ansiedad y las nauseas, simplemente ayuda a que los ácidos estomacales generados por el susto no causen mayores molestias.