SER NEGRO EN MÉXICO.

Por: Paola Martínez Gutiérrez, con colaboración de Citlalli Hinojoza.

Ser una persona negra en México, tiene muchos significados distintos. Desde quien no sabe que hay personas negras mexicanas, hasta el propio reconocimiento, según el cuál, sólo ellos se pueden definir y reinventar.

Las personas negras fueron traídas de África con los conquistadores españoles, hace más de 500 años; pero al no considerarles humanos y después con la abolición de la esclavitud, se fue omitiendo de los registros y de la historia, la existencia de la comunidad negra en nuestro país. Pocos sabemos que actualmente, se reconoce un millón 300 mil personas afrodescendientes en el territorio nacional, de acuerdo con la encuesta intercensal del INEGI de 2015, que fue la primera vez que hizo la distinción de “afromexicanos” en un conteo nacional.

Para discutir las expresiones y forma de aplicar el racismo en México, hablamos con distintos activistas negros mexicanos y de Latinoamérica, quienes nos pueden contar desde la propia experiencia, cómo les ha afectado, además de compartirnos su trabajo para reconocer a las comunidades negras del país.

Tal es el caso de Aleida Violeta Vázquez Cisneros, quien es una mujer orgullosamente negra, poeta y amante de la libertad. Oriunda de Cuajinicuilapa, Guerrero. Activista y defensora de derechos, miembra de la organización afromexicana “Mano Amiga de la Costa Chica”, en la que se desempeña como promotora, monitora y defensora de los derechos de las mujeres afromexicanas, así como tallerista sobre procesos identitarios de la niñez y juventudes afromexicanas.

En el caso de Aleida, su manera de expresarse es a través de su poesía, que describe como un grito al mundo de su identidad y su orgullo de ser mujer negra afromexicana.

Testimonio de Aleida.

Casi quinientos años después del encuentro entre Moctezuma y Hernán Cortés en Tenochtitlán, el 10 de agosto de 2019, se hizo una reforma al artículo 2 de la constitución, para reconocer a los pueblos y comunidades afromexicanas como parte de la pluriculturalidad del país.

Este hecho es importante porque a partir de su reconocimiento, se pueden generar instituciones y políticas públicas en las que se tome en cuenta su cultura, que aún muchos pueblos conservan de sus ancestros africanos.

El Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED), ha mencionado ya, que también es relevante que se haga este reconocimiento de los pueblos afromexicanos en las constituciones estatales, pues actualmente sólo Oaxaca y Guerrero lo han hecho. En ambos estados, ya existen instituciones para atender asuntos de personas afrodescendientes e incluirlos en la toma de decisiones. Estos son la Secretaría de Asuntos Indígenas (SAI) en Oaxaca y la Secretaría de Asuntos Indígenas y Comunidades Afromexicanas (SAICA) en Guerrero.

David Gómez Arriaga, originario de Toluca, Estado de México, ahora es investigador independiente en el estado de Morelos, de donde la familia de su padre es originaria. Él hizo su reconocimiento como afromexicano desde una edad temprana y se interesó por los archivos parroquiales de Morelos, en los que ha encontrado y clasificado documentos de trata de esclavos que datan de la Colonia.

Según información del libro ‘Afrodescendientes en México, una historia de silencio y discriminación’, entre 1492 y 1870, al menos doce y medio millones de personas africanas que eran esclavizadas, fueron transportadas a diversas regiones del mundo por comerciantes portugueses, ingleses, franceses, holandeses y españoles. Al menos un millón de ellos, fueron traídos a hispanoamérica a trabajar en plantaciones, minas y servicio doméstico.

Testimonio de David.

El término afromexicano es el que se ha dado por instituciones y por la academia para identificar a todas las personas que descienden de gente traída de África, pues gracias al mestizaje en México, se fueron generando castas en las que a muchos se les consideraba “mulatos” y después “prietos” y algunos sólo conservan ciertos rasgos pero no tienen tez negra.

De acuerdo con los entrevistados, la gente mayor prefiere llamarse prieta o morena y quienes se reconocen se dicen negros, pero no aceptan tanto el término afromexicano como los jóvenes, para quienes es mucho más sencillo buscar su origen. Dependiendo de la persona es aceptable llamarles negros, siempre que no sea con una intención degradante.

Los niveles de racismo en el mundo, han llegado al grado en que la muerte de una persona negra en vía pública, no generaba consecuencias legales para los responsables. El caso de George Floyd, es la consecuencia sumada del contexto de la pandemia, el desempleo y el hartazgo de la gente por la impunidad en Estados Unidos, generando indignación y marchas en todo el mundo, con lo que se han podido lograr cambios en la policía estadounidense.

De hecho, los oficiales responsables de la muerte de Floyd, fueron despedidos y acusados de asesinato. Unas semanas después, con el homicidio de Rayshard Brooks, afuera de un restaurante en Atlanta, también fue acusado el policía que le disparó, mientras que su compañero será el primer oficial en testificar en contra de otro. Las protestas también sirvieron para que en nombre de Breonna Taylor, quien fue asesinada en su casa a manos de la policía, se suspendieran los allanamientos sin previo aviso, pues los oficiales le dispararon ocho veces, al confundirla junto con su novio como narcotraficantes.

En México, sin embargo, las protestas a ese nivel no pueden llevarse a cabo, ya que requieren muchos recursos económicos y la visibilidad de la comunidad negra no es tan fuerte.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Discriminación realizada en 2017, hay más de 3 millones de personas afrodescendientes en México (más del doble de los resultados de la Encuesta Intercensal del INEGI). Sin embargo, la mayoría de ellos viven en zonas de muy alta marginalidad.

Mijane Jiménez, afromexicana, originaria de Xuajinicuilapa, Guerrero, es defensora de los derechos humanos del pueblo afromexicano y activista por la participación política de las mujeres negras en México. Actualmente es Presidenta de Mano Amiga de la Costa Chica A.C., fundadora de la Red Nacional de Juventudes Afromexicanas. También, forma parte de la colectiva mujeres afromexicanas de Guerrero y Oaxaca.

Aunque activistas como Mijane, han buscado tener una representación política nacional, hay muchas barreras basadas en ideas profundamente racistas, que no les permiten acceder a estas esferas de poder más altas, empezando por la falta de representación.

Testimonio de Mijane.

El racismo se presenta en las instituciones, como escuchamos en el testimonio de Mijane, pero también en el lenguaje, en expresiones cotidianas como “trabajar como negro”, y sobre todo en las bromas.

Gracias al periodo Colonial, el racismo se presenta en nuestra tendencia a tratar mejor a las personas de tez más blanca o reconocerlos como los jefes o dueños de negocios y asumir cosas negativas de las personas negras, como que son flojos o más tontos. Está demostrado que todos los humanos somos genéticamente iguales en un 99.9%, pues pertenecemos a la misma raza que es Homo Sapiens y nuestras diferencias físicas forman parte del fenotipo, pero no está ligado en ningún sentido con nuestra inteligencia o capacidad.

De estos ejemplos de racismo, como de los específicos hacía las mujeres negras de hipersexualización, discutimos con Lucila Cristal Laredo Domínguez, abogada afromexicana, oaxaqueña de 23 años, defensora de la autoadscripción o reconocimiento del origen afro en las personas. Actualmente trabaja en la Asociación de Mujeres de la Costa de Oaxaca con una perspectiva de género en el racismo.

Testimonio de Lucila.

En México, las personas afrodescendientes se encuentran en todo el país. Donde más se autodenominan negros es en Guerrero y Oaxaca, pero donde más se contabilizaron afrodescendientes fue en el Estado de México, con más de 300 mil personas, lo que representa el 1.9 % de la población.

También hay afrodescendientes en Veracruz, Chiapas, la Ciudad de México; Coahuila, donde los Mascogos aún conservan su propia lengua; Michoacán, Yucatán, Guanajuato y Zacatecas, entre otros; por lo que es importante asegurar que se respeten sus derechos y que tengan oportunidades de crecimiento.

Hay un pequeño porcentaje de personas africanas y afrodescendientes que se establecieron en México en el último siglo, lo que ha contribuido al desarrollo y divulgación de expresiones culturales, como sus religiones, danza y música de origen africano.

Es por lo mismo, que en México se relaciona a las personas negras con el extranjersimo y es difícil para muchos mexicanos entender que nuestro país también se conforma de personas afrodescendientes. Así explicó Astrid Yulieth Cuero Montenegro, feminista antirracista afrocolombiana que reside en México desde 2012, cuando llegó a hacer su doctorado en Estudios e Intervención Feminista del Cesmeca-Unicach de San Cristóbal de las Casas, Chiapas.

Testimonio de Astrid.

La importancia de conocer la historia desde el punto de vista de las misma gente, es vital para poder entender mejor el racismo y ver la parte humana antes de objetivizar a las personas negras como parte de un estudio científico, lo que se ha hecho durante mucho tiempo.

Para conocer directamente el tema, se pueden acercar a las organizaciones AMCO, Mano Amiga de la Costa Chica, Flores de Jamaica, Red Nacional de Juventudes Afromexicanas, por mencionar algunas. El racismo también es un problema mexicano que se debe resolver.

Finalmente, agradecemos al proyecto “Somos Negros de la Costa” de Llano Grande en Oaxaca, de quienes utilizamos la música para el intro de los testimonios. Su trabajo se puede consultar aquí http://www.somosnegrosdelacosta.org/