Las empresas contratadas por hospitales o por el gobierno deben cubrir con varias disposiciones.
Toluca, Estado de México; 15 de junio de 2020.-
Con la pandemia de Covid-19 se han incrementado los residuos infecciosos generados por hospitales, laboratorios y por las personas mismas. Desde gasas y cubrebocas, hasta jeringas y fluidos pueden poner en riesgo a quien esté en contacto con ellos, especialmente si no son desechados de forma correcta.
De acuerdo con Keith Alverson, director del Centro Internacional de Tecnología Ambiental (IETC) del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), clasificar estos desechos puede reducir drásticamente el volumen de residuos que requieren un tratamiento especializado.
Sin embargo, “el proceso para formalizar un buen sistema de gestión de residuos sanitarios es complejo” ya que la clasificación, etiquetado, señalización, manipulación, transporte, almacenamiento, tratamiento y disposición final requieren capacitación, planificación, presupuesto, monitoreo, evaluación, documentación y mantenimiento continuo.
De hecho, el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, explicó durante la conferencia de prensa del pasado 15 de mayo, que México tiene dos normas para el tratamiento de residuos peligrosos de origen biológico-infecciosos, la Norma Oficial Mexicana NOM-087-ECOL-SSA1-2002, de protección ambiental que clasifica los residuos biológicos infecciosos, y la NOM-045-SSA2-2005, para la vigilancia epidemiológica y control de infecciones de hospitales.
La norma mexicana establece cinco categorías de residuos peligrosos biológico-infecciosos (RPBI): sangre y sus componentes en forma líquida; cultivos y cepas de agentes biológico-infecciosos; patológicos; no anatómicos, y objetos punzocortantes. De ellos, solo los residuos patológicos deben ser “incinerados o inhumados”, excepto aquellos que se usen para fines terapéuticos, de investigación, como las muestras biológicas para análisis químico.
En caso de ser enterrados, deben realizarse en lugares autorizados por la propia Secretaría de Salud, según las normas vigentes.
En cuanto a los residuos patológicos, son la mayoría de los desechos que los hospitales están generando a causa de la epidemia, pues contemplan los recipientes que contengan sangre; todo material de curación y con líquidos corporales; materiales desechables que puedan contener agentes infecciosos (como los cubrebocas), así como objetos punzocortantes.
Este sábado 13 de junio, el subsecretario López-Gatell insistió en que todo material que se usa en la atención de personas con Covid-19 debe considerarse de riesgo, y que para su tratamiento.
Existen protocolos técnicos, no es un protocolo específico de Covid ni es específico del IMSS, hay lineamientos técnicos formalmente establecidos. Generalmente las unidades de salud contratan a empresas privadas que son especializadas precisamente en la recolección, disposición y desaparición de los RPBI”, dijo el subsecretario.
Según la norma oficial, las empresas contratadas por hospitales o por el gobierno deben cubrir con disposiciones de: identificación, envasado, almacenamiento temporal, recolección y transporte externo, tratamiento, y disposición final.
Con información de Animal Político.