La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que al año se cometen 800 mil suicidios en todo el mundo.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), al año se cometen 800 mil suicidios en todo el mundo, es decir, uno cada cuarenta segundos, y por cada suicidio consumado se estima que hay 20 intentos.
En México, de 2005 a la fecha, la tasa anual de suicidios se ha mantenido en un 5.4 por ciento por cada 100 mil habitantes. Esto quiere decir que entre 6 mil y 7 mil personas se quitan la vida al año en nuestro país.
En la última década, el suicidio se ha convertido en una problemática de grandes proporciones. Por eso mi interés y el de mis colaboradores está concentrado en su prevención y en la posibilidad de realizar intervenciones y acciones tempranas que tengan un menor coste económico, pero sobre todo social”, indicó Marly Johana Bayamón Muñetón, académica e investigadora de la Universidad Simón Bolívar, en Barranquilla Colombia, durante la conferencia “Una estrategia de intervención para prevenir el riesgo suicida en adolescentes”, en el auditorio en el Auditorio Silvia Macotela de la Facultad de psicología de la UNAM.
El suicidio es un fenómeno social que se trata en la obscuridad; sin embargo, en los últimos años ha alcanzado cifras impresionantes por lo que es necesario abordar el tema de manera abierta.
Hace un tiempo, estudios reportaban que la mayoría de la población que cometía suicidios era la adulta y en especial adultos mayores. Esto ha cambiado, la edad de las personas que se quitan la vida ha ido reduciéndose; en 2016, el 8.9 por ciento de los suicidios cometidos han sido por individuos de entre 10 y 19 años
En 2013, después de analizar múltiples investigaciones latinoamericanas sobre el tema, Bahamón Muñetón y sus colaboradores concluyeron que los adolescentes vulnerables al suicidio presentan ciertas características psicopatológicas, individuales e interpersonales.
Estas características son tendencia a depresión y altos niveles de ansiedad; actitudes fatalistas frente a la vida, desesperanza aprendida y exposición a eventos traumáticos como violencia intrafamiliar y/o abuso sexual; y conflictos con familiares, amigos o pareja sentimental, disfunción familiar y problemas de violencia y acoso escolar, sin importar que sean víctimas o victimarios”.
Cabe mencionar que, Bahamón Muñetón y sus colaboradores diseñaron el programa CIPRES, para buscar que el bienestar psicológico se instale en aquellos adolescentes vulnerables al suicidio, para que sean funcionales y se desenvuelvan en los más diversos contextos.
Con información de: El Universal