El mal aliento es puede ser por la acumulación de bacterias.
El mal
aliento o halitosis está relacionada con la mala higiene bucal o el consumo de
determinadas sustancias como el alcohol o el humo del tabaco. Sin embargo, el
conjunto de olores desagradables que se desprenden por la boca pueden tener un
origen sistémico siendo un síntoma de una posible enfermedad.
Cuando el
mal aliento es originado por enfermedades sistémicas (que afectan a todo el
cuerpo), trastornos metabólicos, o por algunos medicamentos y/o alimentos, se
originan los compuestos del mal olor en diversos órganos, y se convierten en la
desagradable halitosis.
De acuerdo
con los datos que maneja el Instituto del Aliento, el 17 por ciento de los
pacientes diagnosticados de halitosis, son por causas orales originadas en el
aparato respiratorio, en el tubo digestivo o que afectan a todo el cuerpo.
Las cuatro
enfermedades asociadas al mal aliento son:
Diabetes
Mellitus.
Una diabetes
mal controlada puede dar lugar a un olor similar al de las frutas podridas
causado por el cúmulo de cetonas en la sangre que se van liberando con la
respiración.
Insuficiencia
renal crónica
La salud
bucodental está relacionada en esta enfermedad, de hecho, el 90 por ciento de
los pacientes con insuficiencia renal crónica tienen síntomas bucales como
halitosis. El mal aliento en estos pacientes se produce cuando están descontrolados
o no diagnosticados, presentan altos niveles de urea causantes de problemas en
las glándulas salivales que provocan la halitosis.
Enfermedades
hepáticas
El mal
aliento también puede ser un síntoma de algunos trastornos del hígado como
insuficiencia hepática o cirrosis. Esto ocurre cuando los gases de este órgano son
absorbidos pero no metabolizados van junto con la sangre hasta los pulmones
donde son volatilizados causando los olores desagradables de las heces.
Enfermedades
congénitas del metabolismo
Entre ellas
destaca la trimetilaminuria o síndrome del olor a pescado que es una patología que
se caracteriza por la incapacidad del hígado de convertir y oxidar la trimetilamina
para deshacerse de ella. Su concentración produce mal aliento parecido al
pescado en mal estado.
Por ello, combatir el mal aliento puede resultar sencillo, lo importante es indagar su origen para diagnosticar o destacar otras enfermedades graves o crónicas que requieren atención médica.
Con Información de: El Imparcial